Y es que ahora que nos hemos acostumbrado a no hacer nuestra rutina de ejercicios puede ser muy difícil volver a ello, sin contar que en estos meses nuestro avance físico es posible que se haya visto retrocedido.
Un factor que tenemos que tener en cuenta es que nuestro cuerpo ya no está igual de adaptado que cuando manteníamos nuestra actividad física, por lo tanto no debemos volver a empezar con un ritmo similar al que teníamos, si no que hay que volver a empezar progresivamente para que nuestro cuerpo se vaya readaptando de nuevo, de este modo evitaremos lesiones.
Al volver es bueno armar un plan de ejercicio, estableciendo días, horas y hasta los propios ejercicios que vas a realizar.
Por último, nuestro cuerpo a veces nos transmite sus propias limitaciones, sobre todo si el ejercicio ha estado ausente durante mucho tiempo, lo mejor es empezar suave e ir viendo dónde están ahora nuestros límites, aunque sean inferiores a los que teníamos antes no hay que tener prisa, con dedicación podremos recuperar nuestra forma.
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