Muchas veces el aburrimiento hace que nos de hambre, y suele ser apetito por algo que nos esté prohibido o algo que no suele ser muy recomendable para nuestro peso o salud. Y es que hay quienes piensan que no hacer nada es malo, y lo hacen hasta tal punto que llenan ese vacío comiendo.
Para evitar esto, además de tener fuerza de voluntad hay que llevar ciertas pautas que eliminan esos inapropiados impulsos con el objetivo de cambiar tu actitud y tus hábitos.
Por ejemplo, una acción muy recomendable es llevar un registro de todo aquello que vamos comiendo, así cuando en un momento de más calma lo miremos sabremos si nos estamos pasando o no.
Por otro lado es positivo reconocer cuales son nuestros patrones alimentarios, por ejemplo, identificar un momento en particular donde comemos más, o cuando estamos más aburridos. De este modo podremos cambiar eso y poner algún remedio como programarnos una actividad que nos distraiga y no caigamos en esa mala rutina que teníamos.
¡Y si con realizar alguna actividad no es suficiente porque la realizamos comiendo, debemos realizar alguna actividad en la que picotear nos resulte muy difícil!
Otro consejo muy efectivo es evitar comprar algunos alimentos que por el hecho de estar ahí nos apetezcan y caigamos en lo que debemos evitar. Normalmente suele haber tendencia a ingerir más dulces o hidratos de carbono.
Para ayudarnos a no tener hambre, también existen métodos como el hecho de beber agua, que nos dará una sensación de saciedad, o comer algo más sano como una rebanada de sandía o un tallo de apio.
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